Del lienzo a las imágenes sagradas, el camino de Elizabeth se ha ido tejiendo entre el arte académico y la herencia familiar. Formada en la Licenciatura en Artes Visuales de la Unicach, inició su trayectoria como pintora, pero con el tiempo retomó la escultura y la restauración religiosa, una práctica que conoció desde casa gracias al trabajo de sus padres.
Desde hace ocho años se dedica a la restauración de imágenes religiosas y, desde hace tres, trabaja de lleno en su propio taller, instalado en su hogar. Su crecimiento ha sido orgánico, comenzó promocionándose en redes sociales donde su trabajo empezó a hacerse visible.
.En su taller conviven técnicas empíricas y conocimientos profesionales, con un cuidadoso estudio de materiales como yeso, madera o fibra de vidrio, cada uno tratado con procesos específicos y tiempos precisos.
Cada restauración puede llevar de días a más de una semana, dependiendo del daño y del detalle requerido, siempre buscando devolver ternura y armonía a las piezas.
Entre anécdotas marcadas por la fe y la devoción de las familias, Elizabeth ha aprendido que su labor va más allá de lo técnico: es un acto de respeto a las creencias, de resistencia cultural y de arraigo. Su trabajo, visible en redes sociales bajo el nombre de El Taller de Lisa, se ha convertido en un puente entre el arte y la tradición.
