En México, una de cada tres personas desarrollará algún trastorno mental a lo largo de su vida, lo que representa más de 42 millones de habitantes que requerirán atención médica y apoyo emocional, advirtieron especialistas.
A pesar de la magnitud del problema, la inversión en salud mental no supera el dos por ciento del presupuesto sanitario nacional, lo que genera una atención insuficiente frente al aumento de casos de depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones, señalaron los participantes.
De acuerdo con datos oficiales, más de 3.6 millones de mexicanos padecen depresión y cerca del 19 por ciento presenta ansiedad severa, cifras que han crecido tras la pandemia de covid-19 y por el deterioro de las redes familiares y laborales. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran insomnio, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, aislamiento y pensamientos recurrentes de desesperanza o culpa.
La situación se refleja también en las cifras de mortalidad, ya que los decesos por suicidio y autolesiones aumentaron de 6 mil 285 en 2015 a 9 mil 312 en 2025, un incremento del 48.1 por ciento. Tan solo en 2024, se contabilizaron 8 mil 957 casos, con predominio en hombres jóvenes de entre 15 y 34 años, aunque también se observó un aumento sostenido en mujeres adolescentes, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Eduardo Madrigal, director del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, advirtió que el país enfrenta un déficit estructural en servicios especializados y personal capacitado.
La salud mental, explicó, debe abordarse desde una visión multidisciplinaria que incluya investigación, prevención y atención integral. “No basta con más consultorios o medicamentos; debemos promover el bienestar emocional, combatir el estigma y reconocer que el estrés, la violencia, las adicciones y la exclusión social son detonantes de enfermedad mental”, enfatizó.
