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El barro como herencia y camino; es la historia de Robertoni Gómez Rodríguez, escultor chiapaneco

Desde hace 16 años, Robertoni Gómez Rodríguez ha encontrado en la cerámica no solo un oficio, sino una forma de vida profundamente conectada con sus raíces familiares. Él, aprendió a modelar el barro observando a su padre, también artesano, mientras trabajaba en el taller familiar. Lo que comenzó como un juego infantil, se transformó con el tiempo en una vocación que alimenta tanto su espíritu como su sustento.

El taller donde Robertoni crea sus obras está cargado de historia. Allí, en la casa de sus padres, dio sus primeros pasos como escultor, utilizando incluso los mismos ladrillos reciclados del horno original. Sus piezas nacen de un diálogo con el barro, dejando que la intuición y la materia guíen el proceso creativo.

A lo largo de su carrera, ha expuesto en diversas galerías y espacios culturales de Chiapas y Mérida, Actualmente, su obra circula gracias al esfuerzo de gestores culturales, quienes apoyan su creación en cada rincón del estado.

Entre sus logros más destacados está la reciente colaboración con su padre en un monumental mural de cerámica de 8 x 5 metros, instalados en una clínica en Plan de Ayala, además de su participación en otros murales en Comitán y el Museo del Café. Su mayor anhelo es seguir creando, enseñar y lograr exponer fuera del país, al mismo tiempo que hace un llamado para que la ciudadanía siga apoyando al talento de la región.