A pesar de que las mujeres desempeñan un papel fundamental en la producción agrícola y ganadera en Chiapas, solo el 2 por ciento de ellas figura legalmente como propietaria de las tierras que trabajan, reveló Roxana Ruiz López, presidenta de la asociación civil Tierra y Mujeres (TIMU).
De acuerdo con Ruiz López, esta cifra refleja un rezago histórico en el reconocimiento legal del trabajo femenino en el campo, derivado principalmente de factores culturales que siguen privilegiando a los hombres como herederos y titulares de la propiedad rural.
“Muchas veces las mujeres no se atreven a decir ‘yo soy la dueña’, o los padres prefieren heredarle un rancho al hijo varón y a la mujer dejarle una casa en la ciudad. No es por falta de leyes, sino por costumbres que aún limitan la participación de las mujeres en la toma de decisiones”, explicó.
La presidenta de TIMU precisó que, aunque oficialmente solo un 2 % de las productoras aparece como propietaria, de manera no formal el porcentaje podría alcanzar hasta el 20 o 25 %, principalmente a partir de la pandemia, cuando muchas mujeres heredaron ranchos tras el fallecimiento de sus padres o esposos.
Tierra y Mujeres es una asociación que agrupa a más de 150 productoras en todo el estado, desde la Costa hasta la Frailesca, Palenque, Comitán y San Cristóbal de Las Casas. Su labor se centra en la capacitación, formación y acompañamiento legal de las mujeres dedicadas al campo y la ganadería.
“Queremos que la mujer en este ámbito sea vista, apoyada y protegida. Organizamos talleres, cursos y espacios de intercambio de conocimientos y experiencias, porque creemos que crecer juntas es la forma de transformar esta realidad”, afirmó Ruiz López.
Además de actividades formativas, como cursos de inseminación artificial y control de plagas, TIMU promueve la participación activa de las mujeres en asociaciones ganaderas y ejidos, espacios donde históricamente han sido excluidas de los procesos de decisión; pues contar con la propiedad legal no solo brinda seguridad patrimonial a las mujeres, sino que también les permite tener voz y voto en consejos de asociaciones, asambleas ejidales y órganos de decisión del sector rural.“Si queremos pertenecer a un consejo o tener representación, debemos ser las propietarias del ganado y de la tierra. Es parte de ganarnos ese lugar desde el conocimiento y la legalidad”, subrayó Ruiz López.
