Skip to content

Desde velas, inciensos, borregos, ropa interior de color y uvas de los deseos , algunos de los rituales más buscados para recibir el año nuevo.

Con la próxima llegada del Año Nuevo, los pasillos de los mercados públicos se llenan de colores, aromas y creencias que buscan atraer un mejor destino. Entre veladoras, sahumerios y amuletos, los comerciantes mantienen vivas las tradiciones que acompañan a las familias chiapanecas en el cierre y arranque de ciclo.
Durante todo el año, pero con mayor fuerza en diciembre, la gente busca artículos asociados a la salud, el empleo y el dinero, apoyándose en tradiciones religiosas y populares.
A esto se suma la conocida costumbre de estrenar ropa interior de color: el rojo para atraer el amor y el amarillo para llamar al dinero, una práctica que, aunque con ventas moderadas, sigue vigente entre hombres y mujeres de distintas edades.
En esta temporada tampoco faltan las uvas de los deseos, otro ritual clásico para recibir el Año Nuevo. A pesar de que la venta no ha registrado un repunte significativo, la uva sin semilla se ofrece en alrededor de 180 pesos, manteniéndose como un producto esencial en la mesa de fin de año. Comer doce uvas a la medianoche simboliza pedir un deseo por cada mes, con la esperanza de que el nuevo ciclo traiga oportunidades, bienestar y prosperidad.
Así, entre rituales, creencias y esperanza, los mercados públicos se convierten en el escenario donde la fe popular busca comenzar el año con el pie derecho.