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De los comercios más buscados en la temporada, es la venta de velas .

Se dice que las velas son la luz para los fieles difuntos, una guía que los acompaña en su regreso al mundo de los vivos. En esta época, más que nunca, la flama de una vela representa esperanza, memoria y tributo.
Un taller y comercio ubicado en el corazón del centro, la elaboración de velas se convierte en un acto casi sagrado. Desde hace más de 40 años, este negocio ha mantenido viva la tradición de velas artesanales que forman parte esencial de los altares.
Con técnicas heredadas y perfeccionadas, se encargan de dar forma a la cera con precisión y cuidado, mientras que la decoración de cirios, hablan de devoción y arte.
La temporada más intensa del año ya está en marcha, y con ella, la producción se multiplica para atender la creciente demanda de quienes arman altares escolares, comunitarios o familiares.
A pesar del aumento en los costos de los materiales muchos de ellos importados, los encargados del taller buscan mantener precios accesibles para sus clientes fieles, que saben que en cada vela hay más que parafina: hay historia, identidad y una chispa de eternidad.