Durante las celebraciones decembrinas, el uso de pirotecnia se incrementa de manera considerable y con ello la contaminación del aire, un problema que suele pasar desapercibido frente a los riesgos visibles de explosiones. Especialistas advierten que, en temporada invernal, las condiciones atmosféricas favorecen la acumulación de humo en las capas bajas de la atmósfera, lo que deteriora la calidad del aire.
La quema de pólvora libera partículas que aumentan la probabilidad de afectaciones a la salud, especialmente en ciudades con mayor densidad poblacional como Tuxtla Gutiérrez. Ante este panorama, se exhorta a la población a evitar el uso de fuegos pirotécnicos y optar por alternativas menos contaminantes.
Las partículas y metales liberados por estos artefactos pueden afectar con mayor intensidad a niños, personas adultas mayores y a quienes padecen enfermedades respiratorias.
Aunque su uso forma parte de tradiciones culturales, especialistas recomiendan reducir estas prácticas y considerar opciones, priorizando la salud pública y la protección del medio ambiente.
