En un contexto donde las olas de calor extremo son cada vez más frecuentes, especialistas subrayan la urgencia de diseñar edificaciones que respondan al entorno térmico sin depender exclusivamente de sistemas artificiales de climatización.
La investigadora destaca que mediante el uso de materiales tradicionales como paja, adobe o ladrillo, así como con técnicas ancestrales rescatadas de comunidades en Chiapas y Oaxaca, es posible construir viviendas frescas, con bajo impacto ambiental y accesibles para sectores de alta marginación.
En ciudades como San Cristóbal de las Casas, materiales como el Baja-rec están demostrando ser eficaces para reducir la transferencia de calor, mientras que en Tuxtla Gutiérrez se promueven adaptaciones arquitectónicas que mitigan el aumento de temperatura sin altos costos, con la aplicación de soluciones simples.
Investigadores han reafirmando que reducir el golpe ecológico es posible si se adoptan estrategias sencillas, informadas y adaptadas al entorno.
