Habitantes del barrio Niño de Atocha viven una alarmante situación de salud pública derivada del suministro de agua contaminada que llega a sus hogares desde hace más de 20 días. Según los vecinos, el agua que sale por las tuberías emana un fuerte olor a drenaje y presenta un color y textura inusuales, haciéndola imposible de utilizar para actividades básicas como bañarse, cocinar o lavar alimentos.
Ante la imposibilidad de consumir el agua del sistema público, las familias se han visto obligadas a adquirir pipas privadas, pagar por limpieza de cisternas y modificar sus hábitos de higiene y alimentación, lo que representa un gasto semanal que muchas no pueden sostener.
El llamado de los vecinos es urgente a las autoridades correspondientes para que atiendan de manera inmediata esta situación, dado que el acceso al agua potable es un derecho básico, y su carencia representa un riesgo directo a la salud y el bienestar de toda la comunidad.
