El reciente caso de acoso sufrido por la presidenta Claudia Sheinbaum volvió a poner en el centro del debate público una problemática cotidiana para las mujeres: la violencia en los espacios públicos.
Académicas advierten que, pese a los avances jurídicos, aún falta garantizar el seguimiento efectivo de las denuncias, fortalecer la capacitación de las autoridades y promover políticas públicas que prevengan estas agresiones.
El acoso callejero, que puede manifestarse desde comentarios, silbidos o miradas invasivas hasta tocamientos o persecuciones, afecta principalmente a mujeres jóvenes y adolescentes. Este tipo de violencia modifica la manera en que las mujeres habitan el espacio público: muchas cambian sus rutas, su forma de vestir o sus horarios para evitar sentirse vulnerables.
Por ello, especialistas insisten en la necesidad de reconocer el acoso como un delito real, de impulsar acciones preventivas como mejorar el alumbrado y sensibilizar a la policía y de generar conciencia social sobre la urgencia de erradicar prácticas que limitan la libertad y seguridad de las mujeres.
