El volcán Chichonal, ubicado en el norte de Chiapas entre los municipios de Francisco León y Chapultenango, ha mostrado un incremento en su actividad sísmica durante los últimos meses. Aunque el volcán permanece en semáforo verde que indica normalidad, los especialistas destacan la importancia de mantener una vigilancia multidisciplinaria.
Además de los movimientos sísmicos, se han detectado variaciones en el nivel y color del lago cratérico, lo que evidencia la dinámica interna del sistema volcánico. Ante este comportamiento, la Coordinación Nacional de Protección Civil, en colaboración con el CENAPRED, la UNICACH, el Servicio Sismológico Nacional y autoridades estatales, ha reforzado la vigilancia del coloso. Como parte de estas acciones, se ha instalado un Puesto de Mando en la zona para coordinar estrategias preventivas y mantener a la población informada.
Aunque actualmente no se reporta una amenaza inminente, se mantiene la restricción para descender al cráter y se exhorta a la ciudadanía a seguir únicamente los comunicados oficiales, evitando la difusión de rumores.
Pobladores que vivieron la devastadora erupción de 1982 recuerdan con claridad los días previos al evento, marcados por fumarolas, cambios en la vegetación y una actividad sísmica creciente.
Testimonios como el de Don Pedro, originario de la entonces Colonia Nuevo Carmen Tonapak, relatan cómo cientos de familias fueron evacuadas en condiciones precarias, desplazándose hacia regiones más seguras. El proceso de reubicación dio origen a nuevas comunidades, donde aún hoy sus habitantes, mayoritariamente indígenas zoques, enfrentan retos en el acceso a servicios básicos y reconocimiento legal. La memoria colectiva de este desastre sigue viva y alimenta la necesidad de una cultura de prevención más sólida frente a fenómenos naturales.
