Con el aroma del pan recién horneado comenzando a llenar el mercado Alonso Felipe de Andrade, las panaderías locales ya se preparan para una de las temporadas más esperadas del año: el Día de Muertos.
Ana Raquel Tejero Sánchez, encargada de la panificadora “Moka”, compartió que desde hace varios días iniciaron la producción del tradicional pan de muerto, así como de otras variedades que se demandan en estas fechas. “Ya estamos sacando pan, haciendo pruebas y ofreciendo riñones, calabazas rellenas y todo tipo de piezas, porque no sólo se vende pan de muerto, la gente aprovecha para llevar de todo”, comentó.
Aunque reconoce que las ventas aún se mantienen en un 50% respecto al año pasado, confía en que los días 1 y 2 de noviembre repunten considerablemente. “La gente siempre lo deja para el último día. Este año el Día de Muertos cae en fin de semana, así que esperamos que el movimiento sea fuerte sábado y domingo, como pasó el año pasado, cuando logramos vender toda la producción”, señaló.
Sobre el costo de los insumos, explicó que hasta ahora no han registrado incrementos, aunque el material que utilizan llega desde Mérida y podría encarecerse dependiendo del transporte y las condiciones del mercado. “Esperemos en Dios que no suban los precios. Si los insumos se mantienen igual, nosotros no subiremos nada. Pero si llegan caros, no tendremos más opción que ajustar un poco”, indicó.
Actualmente, los precios en la panificadora se mantienen como en 2024: el pan grande relleno de membrillo o queso Filadelfia cuesta 200 pesos, mientras que las calabazas rellenas de membrillo se ofrecen en 150 pesos.
“Queremos que la gente siga disfrutando su tradición sin preocuparse por el precio. Por eso tratamos de mantenerlo igual, aunque la situación no está fácil. Pero aquí seguimos, trabajando con fe y con ganas”, expresó Ana Raquel, con una sonrisa detrás del mostrador, mientras revisaba las primeras charolas doradas que salían del horno.