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Familias carmelitas honran con amor y tradición a sus fieles difuntos

En un ambiente de respeto, nostalgia y cariño, familias carmelitas visitaron los camposantos de la ciudad para recordar a quienes en vida dejaron un legado imborrable. La tradición del Día de Muertos se vive en Carmen con un profundo sentido de identidad, donde el honor y la celebración se entrelazan con la memoria.

Desde tempranas horas, los panteones Colonia y Último Paseo comenzaron a recibir a visitantes que, con flores en mano, música y oraciones, rindieron homenaje a sus seres queridos. Entre rezos, mañanitas, serenatas, tamales y dulces típicos de la región, las tumbas se iluminaron con colores y aromas que evocan la presencia espiritual de los difuntos.

Como parte de la conmemoración, el rector del Santuario Mariano Diocesano, José Francisco Verdejo Aguilera, ofició una misa especial, recordando a los feligreses que más allá de la muerte, la memoria mantiene vivos a quienes han partido. Destacó la importancia de celebrar la vida y de preservar en el corazón el recuerdo de aquellos que ya no están físicamente.

Esta tradición, arraigada en la cultura mexicana, reafirma el amor eterno entre familias y la convicción de que la muerte no es olvido, sino la oportunidad de mantener vivos a quienes marcaron nuestra historia personal.

Con lágrimas, sonrisas y gratitud, los carmelitas demostraron que honrar a los fieles difuntos es un acto de amor que se transmite de generación en generación.

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