Varios pares de zapatos rojos aparecieron colocados en las escaleras del Teatro Juárez el pasado 26 de noviembre como parte de una expresión pública que busca concientizar a la sociedad guanajuatense sobre la violencia que enfrentan mujeres, niñas y adolescentes. La instalación recordó que continúan desapareciendo o perdiendo la vida en condiciones de violencia, lo que mantiene vigente la exigencia de justicia y protección.
El proyecto surgió en 2009 en Ciudad Juárez, Chihuahua, como una marcha integrada por 33 pares de zapatos que representaban a mujeres ausentes. Sus familiares donaron los calzados y con ello dieron forma a una iniciativa que adquirió un profundo simbolismo. La creadora, Elina Chauvet, eligió el color rojo por su asociación con la sangre, el duelo y la violencia, pero también con la urgencia de no olvidar y de mantener viva la exigencia de un alto a la agresión.
Los zapatos ocupan el espacio público y funcionan como testigos silenciosos de historias interrumpidas, aludiendo a quienes ya no pueden alzar la voz. La instalación invita a reflexionar sobre la magnitud de la violencia feminicida y sobre la responsabilidad social de enfrentarla desde múltiples ámbitos. Su presencia en el corazón de la capital del estado subrayó la necesidad de atender un problema que afecta a familias enteras.
Más que una obra fija, la intervención se ha consolidado como una instalación colectiva y dinámica. Ciudadanos, organizaciones y familiares de víctimas participan de manera activa para mantener vivo el mensaje central: abrir espacios de diálogo, generar conciencia y recordar que cada par de zapatos representa una vida que exige memoria, respeto y justicia.
