Así como las personas se adaptan al cambio de clima, las plantas también atraviesan su propio proceso de ajuste, el otoño llega sigiloso, con su aire fresco, sus tardes doradas y ese aroma a tierra húmeda que anuncia transformación.
Durante esta temporada, la naturaleza se ralentiza, las hojas caen y la energía vital se concentra en las raíces. Por eso, brindarles los cuidados adecuados marcará la diferencia entre un jardín apagado y uno lleno de vida incluso en los días más fríos.
Es importante entender la nueva etapa de tus plantas
El otoño representa un tiempo de descanso y preparación, para la mayoría de las plantas por lo que muchas de ellas reducen su crecimiento, conservan energía y se adaptan a la disminución de la luz solar. Este es el momento perfecto para observarlas, entender sus ritmos y ajustar sus cuidados sin forzarlas a crecer más de lo necesario.
Si durante la primavera y el verano tus plantas estuvieron en pleno auge, ahora necesitan menos agua, menos fertilizante y más abrigo. Respetar su pausa natural es la clave para mantenerlas saludables durante toda la estación.
Es importante el riego con moderación
Y es que en esta temporada es común que las temperaturas más bajas hagan que la tierra retenga humedad por más tiempo, lo que puede provocar hongos o pudrición en las raíces, como todos sabemos con la llegada del clima fresco, el riego excesivo se convierte en uno de los errores más comunes, por lo que debes optar por regarlas solo cuando la capa superior de la tierra esté seca al tacto.
Y siempre es mejor hacerlo por la mañana, para que el agua se absorba bien antes de que baje la temperatura.
Luz natural: menos cantidad, más calidad
Durante el otoño, los días son más cortos y la intensidad del sol disminuye. Mueve tus plantas a lugares donde reciban la mayor cantidad de luz posible, preferiblemente cerca de ventanas orientadas al sur o al este.
Si tienes plantas de interior, rota las macetas cada semana para que todas sus hojas reciban iluminación de forma pareja.
Abono: menos es más
Si deseas mantener su vitalidad, opta por abonos naturales o compost suave una vez al mes, para reforzar los nutrientes antes del invierno.
Más allá del cuidado técnico, esta temporada invita a disfrutar el hogar con calma, rodearte de verde y agradecer la compañía silenciosa de tus plantas. Encender una vela, abrir una ventana para dejar entrar la brisa fresca y contemplar su quietud puede convertirse en un ritual de bienestar cotidiano.
El otoño no es el final del camino, sino una pausa necesaria antes de florecer de nuevo. Y tus plantas, igual que tú, lo saben.
Nota: Este artículo es solo informativo. Su propósito es inspirar el cuidado consciente de las plantas y promover la conexión con la naturaleza, sin asociarse a ninguna práctica o creencia religiosa.