A cuatro meses de la exhumación del cuerpo de Dulce Alejandra, realizada por la Fiscalía General del Estado debido a errores en la entrega de sus restos, su familia finalmente confirmó su identidad y organizó una misa de cuerpo presente para despedirla de manera definitiva. El acto religioso tuvo lugar después de cinco años de su sepultura inicial, tras permanecer desaparecida y posteriormente localizada sin vida en 2020.
La ceremonia ocurrió este domingo al mediodía en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en Irapuato. Su madre, María Teresa Marmolejo, sus dos hijos, así como familiares y amigos, se reunieron para honrarla. Durante la homilía, el sacerdote Joaquín García destacó la necesidad de cerrar el ciclo y fortalecer la búsqueda de paz interior para la familia, después de años marcados por incertidumbre y dolor.
Teresa Marmolejo informó que acudirá a la Comisión de Derechos Humanos para solicitar una investigación contra la Fiscalía por presunta negligencia en el manejo de los cuerpos inicialmente vinculados al caso de su hija. También calificó como inapropiada la actuación de la institución con las madres buscadoras y exigió responsabilidad para evitar que otras familias enfrenten situaciones similares. Señaló que sus dos nietos atraviesan un impacto emocional profundo y una afectación económica significativa tras estos años de confusión.
Dulce Alejandra desapareció el 16 de julio de 2020 y apareció sin vida cuatro días después. En 2025 habría cumplido 33 años. Su caso forma parte de al menos seis registros en los últimos cinco años en Guanajuato, relacionados con entregas de cuerpos erróneas. Ante este contexto, su madre pidió a otras familias verificar cada proceso y exhortó a la autoridad a garantizar procedimientos correctos que impidan nuevas equivocaciones en casos de personas desaparecidas.
