Pionera en redefinir el papel de la conservación del patrimonio cultural, al poner a las comunidades en el centro, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reconoció el legado de la restauradora Blanca Noval Vilar, en la defensa de los derechos culturales y el bien común, al promover una relación de respeto y escucha entre los detentores de este invaluable legado y la institución.
Su trayectoria de tres décadas, en la que mantuvo ese férreo compromiso social, fue comentada en la II Jornada “Género, Equidad e Inclusión”, en el marco de la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), actividad organizada conjuntamente por las coordinaciones nacionales de Desarrollo Institucional (CNDI) y de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).
La Dirección de Atención Integral a Comunidades, “es la cara amable del INAH”, coincidieron los partícipes del conversatorio, la titular de la CNCPC, Thalía Velasco Castelán, el restaurador Luis Huidobro Salas y el arqueólogo Iván Rivera Guzmán, y concordaron en algo más: ese rostro afable, capaz de generar confianza entre gente celosa de sus bienes más preciados, corresponde al de Blanca Noval.
En el acto efectuado en el Auditorio Tláloc del Museo Nacional de Antropología, la homenajeada se definió como una “necia” que siempre defendió la idea de trabajar, desde y con los grupos sociales:
“La metodología de colaboración se hizo al andar y creamos una base sólida. Se hizo escuela. Ésta también es una invitación para que las diferentes áreas del INAH busquen nuestro apoyo en ese acercamiento a las comunidades”, expresó Noval, quien ahora deja la estafeta a nuevos cuadros.
La coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, Thalía Velasco, habló de Blanca Noval como una líder que genera proyectos integrales y colaborativos, en los cuales la preservación de imágenes devocionales históricas, por ejemplo, gravita en torno a los significados y el sentir de quienes las mantienen en uso.
“El desarrollo profesional de Blanca va aparejado con su calidad humana, es decir, su empatía, ética, sensibilidad y coherencia. El equipo que inició el área de Atención a Comunidades dentro de la CNCPC, supo construir una metodología para la aproximación social, y su forma de trabajo es un referente dentro del INAH, brindando a la conservación otro estatus”, sostuvo.
El restaurador Luis Huidobro, otro de los iniciadores de ese espacio, explicó que el contacto inicial con las personas no siempre es terso, muchas veces reclaman la inacción institucional o recelan de la ayuda que se les puede dar; en todos esos casos, amable, pero firme –dijo-, Blanca Noval salía al frente y decía: Sí, pero, ¿cómo podemos cambiar esta situación?
“Podemos tener el don de la palabra y caer bien, pero lo más complicado es generar la confianza para que nos abran su casa, la iglesia, su patrimonio y, a veces, permitir que éste salga. La calidez de Blanca, siempre logró que las puertas nos fueran abiertas. Es un trabajo muy ordenado, orquestado, como ir hilvanando cuentas, como el entramado de un textil”, explicó el experto de la CNCPC.
Así sucedió en pueblos de Oaxaca como Santiago Tejupan y Santa Catarina Tayata, donde han llevado a cabo la restauración-conservación de esculturas y retablos. Otra de las grandes iniciativas de esta dirección, fue la cercanía que mantuvo con las comunidades que vieron afectados sus templos tras los sismos de 2017.
En este sentido, el arqueólogo Iván Rivera cerró el acto destacando la conjunción de sencillez, arte, ciencia y sentido social, patente en el trabajo de la homenajeada. “Blanca Noval es un ángel en el trato, impecable en el sentido estricto de la disciplina, pero también implacable en la observancia de las acciones que nos permiten preservar nuestro patrimonio como mexicanos”, finalizó.