Una fuerte tormenta azotó Nueva York el pasado jueves, dejando dos personas muertas y causando severas inundaciones que paralizaron gran parte de la ciudad.
Las intensas lluvias y los vientos provocaron que calles y estaciones del metro se convirtieran en auténticos ríos, obligando a las autoridades a emitir alertas por inundaciones repentinas en casi toda la metrópoli.
Las víctimas, dos hombres en distintos puntos de la ciudad, murieron en circunstancias similares al quedar atrapados en sótanos anegados.
En Flatbush, Brooklyn, un hombre de 39 años perdió la vida mientras intentaba rescatar a sus mascotas. Según testigos, logró sacar a un perro, pero al regresar por otro fue sorprendido por la creciente del agua.
En otro hecho, en Washington Heights, Manhattan, bomberos hallaron sin vida a un hombre de 43 años dentro de la sala de calderas inundada de un edificio.
Las lluvias torrenciales transformaron avenidas principales en corrientes imposibles de cruzar. Videos compartidos en redes sociales mostraron autos flotando y personas intentando avanzar con el agua hasta los faros, desde Bushwick hasta Bay Ridge.
El sistema de metro también sufrió graves interrupciones por la acumulación de agua en túneles y estaciones, complicando aún más la movilidad en la Gran Manzana.
El Servicio Meteorológico Nacional mantuvo la alerta por inundaciones para casi toda la ciudad, excepto Staten Island, y partes del condado de Westchester. Además, advirtió sobre la posibilidad de vientos destructivos e incluso tornados en el centro de Nueva Jersey.
Aunque la amenaza fue clasificada como moderada —nivel uno de cinco—, las autoridades pidieron extrema precaución.
Se espera que el clima mejore durante la noche, con el alejamiento del sistema de baja presión y el regreso de cielos despejados sobre Nueva York.
