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Japón analiza daños y mantiene alerta por posibles réplicas tras el sismo de magnitud 7.5 registrado el pasado lunes, que hasta el momento ha dejado más de 30 heridos

Las autoridades japonesas continúan evaluando las afectaciones tras el fuerte sismo de magnitud 7.5 registrado la noche del lunes en aguas del Pacífico, a unos 80 kilómetros de la costa de Aomori, al norte de Honshu. El movimiento telúrico, que el Servicio Geológico de Estados Unidos estimó en magnitud 7.6, dejó al menos 33 personas lesionadas, una de ellas de gravedad. La mayoría de los heridos fueron alcanzados por objetos que cayeron durante el temblor.

La primera ministra Sanae Takaichi informó que se activó un equipo de emergencia para revisar daños y coordinar acciones inmediatas, además de exhortar a la población a mantenerse alerta ante posibles réplicas. El terremoto generó un pequeño tsunami, con olas de hasta 70 centímetros en el puerto de Kuji y daños menores en instalaciones acuícolas de la región. Las alertas fueron levantadas la mañana del martes.

El impacto dejó alrededor de 800 viviendas sin electricidad y obligó a suspender temporalmente servicios ferroviarios, incluidos trenes bala. Aunque la mayor parte del suministro eléctrico fue restablecido horas después, cientos de personas buscaron refugio en instalaciones militares y cerca de 200 pasajeros quedaron varados durante la noche en el aeropuerto New Chitose, donde parte del techo del edificio sufrió daños.

La Autoridad de Regulación Nuclear reportó un derrame de agua en un área de enfriamiento de combustible en la planta de Rokkasho, aunque aclaró que no existe riesgo para la seguridad. La Agencia Meteorológica de Japón advirtió que podrían registrarse fuertes réplicas en los próximos días y pidió a los residentes en zonas costeras reforzar sus planes de emergencia, recordando que la región fue devastada por el terremoto y tsunami de 2011.