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España comienza a destacar en la producción de pistacho

Pocas historias de éxito económico han crecido tan rápido y con tanta fuerza como la del que es, sin duda alguna, el fruto seco de moda: el pistacho. Este fruto seco se ha convertido en protagonista de un fenómeno nutricional sin precedentes, convirtiéndose en la estrella de los toppings y aliado de los más diversos postres que se hacen virales en Instagram.

Sin embargo, gracias a esa inesperada popularidad, el cultivo del pistacho está generando miles de empleos y revitalizando regiones del país que durante años habían visto cómo su población iba disminuyendo lentamente.

El pistacho está desatado. Según el informe ‘Presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado. Desde una perspectiva empresarial’ elaborado para Agróptimum, la industria del pistacho ha registrado un crecimiento espectacular. Solo en la última década su expansión supera el 3.000%, consolidándose como una de las grandes sorpresas agrícolas de los últimos años en España.

El auge de este cultivo no solo responde a la demanda internacional, sino también al empuje de nuevos productores y cooperativas locales que, dada su adaptación a las condiciones climatológicas y su elevada rentabilidad, han descubierto un producto que les permite mantener la actividad agrícola.

Un motor de empleo. Según los datos del informe, en la actualidad la cadena productiva del pistacho está generando más de 200.000 puestos de trabajo en todo el país, incluyendo tanto empleos directos como indirectos. Esta cifra engloba puestos que van desde las labores de cultivo y cuidado del campo hasta empleos en investigación genética, programación de datos para agricultura de precisión y tareas de distribución y exportación.

Desde la consultora Agróptimum, calculan que esta ola seguirá creciendo, y se crearán unos 100.000 empleos adicionales en los próximos cinco años, especialmente en aquellas áreas relacionadas con la nueva plantación y en el proceso de tecnificación del sector.