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Erradicar el maltrato social e institucional que sufren las personas que viven en la pobreza.

Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, pretende recalcar que acabar con la pobreza es una cuestión de dignidad, justicia y pertenencia, no solo de ingresos. El tema de este año destaca una de las vertientes más difíciles de ver en la pobreza; el maltrato social e institucional que sufren las personas que viven en la pobreza. Esto se consigue garantizando un apoyo respetuoso y eficaz a las familias, con un objetivo claro: dar prioridad a los más desfavorecidos y crear instituciones que ayuden a las familias a permanecer unidas, prosperar y forjar su propio futuro.
 
La pobreza conlleva a diversas problemáticas de derechos humanos urgentes y es a la vez causa y consecuencia de violaciones a estos mismos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Además, quienes viven en pobreza se ven expuestas a la denegación de su dignidad e igualdad

Las familias que viven en situación de pobreza suelen enfrentarse al estigma y al rechazo precisamente en los lugares donde deberían recibir apoyo, como en las escuelas, clínicas, oficinas de asistencia social o servicios de protección infantil. Madres solteras, familias indígenas y otros grupos históricamente discriminados denuncian maltratos, injusticias y deshumanización que minan su autoestima y destruyen su agencia personal, lo que en ocasiones lleva a situaciones de separación familiar, con consecuencias emocionales y sociales duraderas para niñas, niños y padres.
 
Debemos avanzar para garantizar que se respeta y apoya adecuadamente a las familias a través de:
* instituciones que den prioridad a las personas, alejándose de la cultura de la desconfianza, la vigilancia intrusiva y el control, para acercarse a una cultura de confianza, respeto y colaboración;
* el reconocimiento de los esfuerzos que ya están haciendo los padres en situación de pobreza y apoyarles adecuadamente para garantizar un futuro mejor para ellos y sus hijos;
* la transformación de las instituciones de protección de la infancia en un sistema de apoyo a toda la familia, reforzando la capacidad de los padres para cuidar de sus propios hijos y salir de la pobreza persistente.
 
Las políticas familiares son fundamentales para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular los relacionados con la erradicación de la pobreza, la salud, la educación, la igualdad de género, la inclusión social, el trabajo decente y el ODS 16 sobre instituciones justas y pacíficas. Nuestras políticas y acciones deben guiarse por las realidades de la vida de las personas que viven en la pobreza y formularse con su participación activa, informada y significativa. Esta es la única manera de construir un entorno respetuoso y solidario que saque a las familias de la pobreza, empodere a los niños y cree una sociedad más justa y equitativa.