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El tifón Fung-wong golpeó el norte de Filipinas, dejando hasta el momento cuatro muertos, más de un millón de personas desplazadas y graves daños por inundaciones

Filipinas enfrenta las secuelas del supertifón Fung-wong, conocido localmente como Uwan, uno de los ciclones más potentes del año. La tormenta golpeó el norte del país con vientos de hasta 230 kilómetros por hora, dejando al menos cuatro personas fallecidas y más de un millón de evacuados.

Las marejadas ciclónicas y lluvias torrenciales provocaron inundaciones, deslizamientos de tierra y daños en cientos de viviendas, especialmente en la isla de Luzón, donde comunidades enteras pasaron la noche en centros de refugio. En varias provincias, carreteras permanecen anegadas y los equipos de rescate continúan las labores de auxilio y limpieza.

El presidente Ferdinand Marcos Jr. declaró el estado de emergencia, mientras las autoridades advirtieron que las lluvias podrían continuar en los próximos días. Fung-wong azotó Filipinas apenas una semana después del paso del tifón Kalmaegi, que dejó más de 200 muertos, evidenciando nuevamente la vulnerabilidad del archipiélago ante los desastres naturales.