Un tornado de gran magnitud azotó la región de Paraná, en Brasil, dejando un saldo de seis personas fallecidas y 750 heridas, mientras que aproximadamente el 90% de la zona de Rio Bonito do Iguaçu quedó en ruinas. Los vientos, según el Sistema de Tecnología y Monitoreo Ambiental de Paraná, alcanzaron velocidades entre 180 y 250 km/h, y las autoridades advierten que el peligro persiste, con pronósticos de tormentas severas en otras regiones como Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
El Gobierno del estado de Paraná envió un proyecto a la Asamblea Legislativa para que cada familia afectada reciba 50 mil reales brasileños —equivalentes a unos 173 mil pesos mexicanos— como apoyo directo. Mientras tanto, continúan los trabajos de rescate, atención médica y reconstrucción de las áreas devastadas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó sus condolencias a las familias afectadas y aseguró que todos los damnificados recibirán ayuda del gobierno federal, subrayando la importancia de la solidaridad ante esta tragedia natural sin precedentes.
