El Ártico, conocido como el “refrigerador del mundo”, vivió su año más caluroso desde 1900, así lo reportó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Entre 2024 y septiembre de 2025, las temperaturas en la región fueron 1.6°C más altas que el promedio de 1991-2020, y la zona se calienta hasta cuatro veces más rápido que el resto del planeta.
El hielo marino alcanzó mínimos históricos: la extensión máxima en marzo de 2025 fue la menor en 47 años, el hielo más antiguo y grueso se redujo un 95% desde los años 80 y la cobertura de nieve en junio es la mitad de lo que era hace seis décadas.
El calentamiento también impulsa la “borealización” del Ártico, con especies de climas templados avanzando hacia el norte, y genera fenómenos como los “ríos oxidados” en Alaska, que afectan ecosistemas y calidad del agua. Los expertos advierten que estos cambios alteran el clima global y ponen en riesgo la biodiversidad de la región.
