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Del deporte a la familia: El valor emocional de las mascotas

La reciente presentación de Maple (un alce), Zayu (un jaguar) y Clutch (un águila calva) como las mascotas oficiales de la Copa Mundial de la FIFA 2026, de la que nuestro país será anfitrión junto con Canadá y EE. UU., pone de manifiesto una vez más la importancia de la presencia de los animales en la vida del ser humano. No solo en el ámbito familiar, por todas las bondades que conlleva, sino también en el ámbito deportivo, al ser elegidos para representar la cultura, la pasión y la unidad.

Para Adrián Rodríguez-Granada Madrid, General Manager de Pets in the Sky, agencia funeraria para mascotas, la elección de estos tres “embajadores” animales para el Mundial de Futbol 2026 -deporte considerado como el más popular del mundo- enaltece una verdad universal: la figura de la mascota, ya sea real o animada, es fundamental para la salud emocional, el desarrollo social y la hermandad entre las personas.

Respecto a la presencia tangible de un animal de compañía (perro, gato, conejo, tortuga, hámster, etc.), es sabido que, desde el momento en que se incorporan al hogar, establece una conexión con múltiples beneficios con todos los integrantes de la familia. Y, al mismo tiempo, cuando llega su partida de este mundo terrenal deja un vacío imposible de llenar, incluso si con el tiempo se abre la puerta a otra mascota con el mismo cariño. “Se encuentra un poco de consuelo al momento de despedirla en un ambiente cálido, respetuoso e íntimo”, manifiesta Rodríguez-Granada Madrid quien ha visto durante 10 años cómo se da el último adiós a ese ser del que se recibió amor incondicional.

Y no es para menos, agrega el especialista, pues tanto la mascota mundialista -desde que en 1966 se presentó la primera, ha habido tentativamente 8 ediciones en las que ha sido un animal- como la doméstica son, cada una en su ámbito, un catalizador de emociones positivas y cohesión social.

Las figuras animadas de un león, un perro, un gallo, un león (acompañado por el balón parlanchín Pille), un leopardo africano, un armadillo brasileño de tres bandas, un lobo y, este 2026 un alce, un jaguar y un águila calva, demuestran que incluso en el escenario más grande y competitivo del deporte no son solo símbolos nacionales: son la personificación de los valores de la mascota ideal en el contexto deportivo, social y familiar. Valores que permanecerán más allá de la fiesta futbolera, ese lenguaje universal que une a familias, culturas y continentes.

En definitiva, tanto las mascotas representadas en los Mundiales como aquellas presentes en el día a día son el alter ego de la humanidad. Por ello, merecen ser recordadas y despedidas dignamente cuando llegue el momento de cruzar el arcoíris, aconseja y alienta Adrián Rodríguez-Granada Madrid.