Este 14 de noviembre se recuerda en todo el mundo el Día Mundial de la Diabetes, una fecha impulsada para poner en el centro del debate público una de las enfermedades crónicas con mayor impacto global. La conmemoración coincide con el nacimiento de Sir Frederick Banting, investigador que, junto con Charles Best, logró descubrir la insulina en 1922, un hallazgo que cambió para siempre el tratamiento de la enfermedad.
A más de un siglo de ese avance científico, las cifras reflejan un panorama preocupante. Actualmente, se estima que 537 millones de personas adultas —entre 20 y 79 años— viven con diabetes, lo que equivale a casi una de cada diez en ese rango de edad. Las proyecciones internacionales anticipan un aumento constante: para 2030 la cifra podría llegar a 578 millones y, hacia 2045, superar los 700 millones.
Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que la diabetes se perfila como la séptima causa de muerte global para el año 2030. En México, el problema tampoco es menor: datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que esta enfermedad ocasiona más de 87 mil fallecimientos cada año, colocándola entre las principales causas de mortalidad en el país.
La diabetes, en cualquiera de sus tipos, puede desencadenar complicaciones severas en el corazón, los riñones, la vista y otras funciones vitales, además de aumentar riesgos asociados como el sobrepeso y la obesidad. Por ello, especialistas y organizaciones de salud aprovechan esta fecha para insistir en la importancia de la prevención, la detección temprana y el acceso a tratamientos adecuados.
La campaña de este año busca reforzar la conciencia colectiva sobre los efectos de la enfermedad y remarcar que el diagnóstico oportuno puede marcar la diferencia entre una vida con control adecuado y complicaciones irreversibles. Promover hábitos saludables, acudir a chequeos médicos regulares y reconocer los factores de riesgo son pasos esenciales para salvar vidas.
