El segundo jueves del mes de noviembre se celebraba el Día Mundial de la Calidad, con la finalidad de reflexionar acerca de la relevancia de la gestión de la calidad en la vida cotidiana y el desarrollo de procesos, sistemas y resultados más eficientes a nivel empresarial.
A partir del año 2021 se comenzó a celebrar toda una semana dedicada a esta temática: la Semana Mundial de la Calidad o World Quality Week. Actualmente, el Día Mundial de la Calidad ha caído en desuso.
¿Qué es la calidad?
La calidad es el conjunto de propiedades y características de un producto o servicio que le otorgan la capacidad de satisfacer las necesidades y expectativas de un cliente o usuario.
En pocas palabras, la calidad mide lo bien que un producto o servicio hace lo que se supone que debe hacer y cómo de satisfecho te deja.
Piensa en un paraguas. Si lo compras para no mojarte y se rompe con la primera ráfaga de viento, dirás que es de «mala calidad» porque no ha cumplido su función. En cambio, si te protege perfectamente de un chaparrón, dirás que es de «buena calidad».
Sin embargo, la calidad también tiene un componente subjetivo, ya que depende de las expectativas de cada persona. Por ejemplo, para un aficionado a la fotografía, la calidad de un móvil puede medirse por la potencia de su cámara. Para otro usuario, la calidad de ese mismo móvil puede depender de la duración de su batería.
Por eso, para las empresas, la calidad es un factor clave y va más allá de que algo simplemente funcione; se trata de cumplir o superar lo que sus clientes esperan.
Diferentes conceptos a los que se refiere el término calidad
-La calidad de vida: Define la percepción de valores que aseguran bienestar integral y acceso a bienes esenciales en la sociedad. Por ejemplo, para algunos sería vivir en el campo, disfrutar de la naturaleza y desconectar de la gran ciudad. Para otros sería lo contrario. Algunos pueden encontrar la calidad de vida viviendo en un pequeño apartamento, abrazando el minimalismo, sin la necesidad de tener demasiadas cosas, pero dando valor a lo que poseen. Para otros sería vivir en una gran casa con numerosas estancias y disponer de cualquier objetivo novedoso del mercado. Lo deseable es poder permitirse vivir del modo en que se desea.
-La calidad en la atención al cliente: Este aspecto depende de la percepción que tiene el cliente sobre el trato recibido cuando se dirige a una marca. Pueden ser múltiples causas las que lleven a un usuario a contactar con una determinada marca: quejas, dudas, incluso felicitaciones por el producto o servicio. Pero lo importante, y para que el cliente tenga una percepción de calidad óptima, es ofrecerle un trato personalizado, comunicación y solución a sus cuestiones lo antes posible. De esa manera, un cliente podrá asociar la palabra calidad al trato recibido.
-La calidad de un producto: Se trata de los rasgos que tiene un artículo, su funcionalidad, cumplir lo que promete, y que las expectativas que se han generado a la hora de hacer uso de él se cumplan totalmente.
-La calidad en la producción: Se trata de llevar a cabo una serie de planificación, ejecución y acciones para conseguir que el proceso desde que se origina el producto, se gestiona en fábrica, se distribuye y llega al cliente, sea óptimo en todos los aspectos consiguiendo la calidad necesaria para suplir las necesidades del cliente.
