La alimentación tiene un impacto directo en el desempeño dentro del gimnasio y en los resultados que cada persona busca. Para quienes entrenan de forma constante, consumir suficientes proteínas y carbohidratos de calidad es esencial. La proteína ayuda en la reparación muscular, mientras que los carbohidratos proporcionan la energía necesaria para sostener entrenamientos intensos. Un error común es entrenar con estómago vacío pensando que así se quema más grasa, pero lo cierto es que puede disminuir la energía y reducir el rendimiento.
Otro punto clave es la hidratación; incluso una ligera deshidratación afecta la fuerza, el enfoque y la capacidad de recuperación. Al finalizar la sesión, combinar proteína con carbohidratos facilita la recuperación muscular. Además, mantener una dieta equilibrada con frutas, verduras, grasas saludables y suficiente fibra permite que el cuerpo funcione correctamente dentro y fuera del gimnasio. Crear una relación positiva con la comida evita restricciones innecesarias y ayuda a sostener un estilo de vida activo a largo plazo.
