Las plantas no solo decoran los espacios, también generan bienestar físico y emocional. Estudios de la NASA han demostrado que algunas especies, como la lengua de suegra, el potus, la palma areca y el lirio de la paz, eliminan contaminantes como el formaldehído, el benceno y el tricloroetileno del aire. Además, contribuyen a aumentar la humedad, lo que mejora la salud respiratoria y previene sequedad en piel y garganta.
En el aspecto emocional, tener plantas ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que su cuidado genera rutinas de calma y conexión con la naturaleza. Incluso en oficinas, se ha demostrado que incrementan la productividad, la concentración y la creatividad.
Si no tienes mucho tiempo, existen plantas de bajo mantenimiento que requieren poca luz y riego ocasional. Tener un pequeño rincón verde en casa es un recurso natural para mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida.