Dormir bien no es un lujo: es una necesidad orgánica que influye en tu humor, tu capacidad de concentración y tu salud. Sin descanso suficiente, el cuerpo acumula estrés, el sistema inmune se debilita y las emociones se vuelven más intensas.
Crear rituales nocturnos puede mejorar radicalmente la calidad de tu descanso. Esto incluye evitar pantallas al menos 30 minutos antes de dormir, tomar una infusión relajante, estirar suavemente o leer algo ligero.
El ambiente también es clave: una habitación ordenada, una temperatura agradable y una luz cálida envían señales al cuerpo de que es hora de relajarse. Mantener horarios regulares ayuda a sincronizar tu reloj interno.
Dormir mejor te permite tomar decisiones con más claridad, mejorar tu estado de ánimo y sentirte energizada para enfrentar el día. El descanso es una inversión en tu bienestar presente y futuro.
