El contorno facial se recomienda al maquillarse porque es una técnica diseñada para crear estructura, dimensión y definición en el rostro. Si bien la base de maquillaje unifica el tono de piel, a menudo deja el rostro plano y sin vida, y ahí es donde entra el contorno para devolverle la tridimensionalidad natural.
Estas son las razones clave por las que se recomienda:
Devuelve la Dimensión Natural: Cuando aplicas base, cubres las sombras y luces naturales de la cara, aplanando los rasgos. El contorno reintroduce esas sombras de forma estratégica, esculpiendo visualmente la estructura ósea.
Define y Esculpe los Rasgos:
Pómulos: Al oscurecer la zona debajo del hueso del pómulo, se crea la ilusión de pómulos más altos y definidos.
Mandíbula: Oscurecer ligeramente la línea de la mandíbula puede hacer que se vea más afilada y marcada.
Nariz: Al aplicar líneas oscuras a los lados y un iluminador en el centro, se puede afinar visualmente el puente de la nariz.
Corrección Óptica y Armonización: El contorno es una herramienta poderosa para equilibrar las proporciones del rostro. Se puede usar para:
Acortar visualmente una frente ancha si se sombrea la línea del cabello.
Suavizar una cara cuadrada si se sombrean las esquinas externas de la frente y la mandíbula.
Alargar una cara redonda.
Aporta un Acabado Pulido y Profesional: Un maquillaje que incluye contorno e iluminador (que complementa al contorno añadiendo puntos de luz) se ve más completo, intencionado y “fotogénico”. Es especialmente útil para eventos, fotografías o grabaciones de video, donde las luces pueden aplanar los rasgos.
Efecto Reafirmante o Lifting Visual: Al crear sombras estratégicas en ciertas áreas, puedes lograr un sutil efecto de elevación en el rostro sin necesidad de procedimientos estéticos.
