En los últimos años, las experiencias paranormales han dejado de ser un tema exclusivamente asociado al terror y se han convertido en un fenómeno que despierta curiosidad dentro del estilo de vida moderno. Muchas personas afirman que ciertos encuentros inexplicables han cambiado la forma en que perciben su entorno, sus emociones e incluso su propósito en la vida. Este tipo de vivencias, aunque difíciles de comprobar científicamente, pueden llegar a generar un impacto profundo en la salud emocional.
Algunas personas aseguran sentir alivio después de interpretar presencias o señales como mensajes de seres queridos fallecidos. Otros mencionan experimentar ansiedad o hipervigilancia tras un encuentro que consideran sobrenatural. Lo interesante es que, independientemente de su origen, estas experiencias pueden funcionar como catalizadores para la introspección personal y la búsqueda de respuestas internas. Y aunque lo paranormal no forme parte de los métodos terapéuticos tradicionales, muchos encuentran en estas vivencias un punto de inflexión que los impulsa a redefinir sus creencias, prioridades y conexiones espirituales.