Un nuevo giro impacta en uno de los casos más recordados de la música regional mexicana: la muerte del cantante Valentín Elizalde. Un peritaje reciente podría cambiar la historia y reabrir el debate acerca de quién realmente viajaba en la camioneta aquella noche fatal.
Qué revela el nuevo peritaje
• A casi 19 años del asesinato ocurrido la madrugada del 25 de noviembre de 2006 en Reynosa, Tamaulipas —donde Valentín fue emboscado y recibió múltiples disparos— la familia sostiene que ya tienen en sus manos un estudio forense revisado recientemente.
• Según lo declarado por su hermano Francisco Elizalde en el programa Ventaneando, el peritaje ya está concluido; lo que resta son algunas entrevistas para “cerrar el caso”.
• El aspecto más delicado: este nuevo peritaje pone en duda la versión tradicional que ubica a su primo Tano Elizalde como pasajero en la camioneta que fue atacada esa noche. De confirmarse, se reescribiría una de las piezas fundamentales de la reconstrucción del atentado.
Cómo se recordaba el caso hasta ahora
• Se sabe que la camioneta recibió al menos 20 impactos de bala. Además de Valentín, murieron su chofer y su representante; Tano resultó como único sobreviviente.
• En una entrevista reciente para el podcast La Funa, Tano relató los últimos momentos antes del ataque: contó que después del concierto en el palenque de Reynosa, varios sujetos les ofrecieron llevar al cantante en otro vehículo para un show privado; él insiste en que Valentín rechazó la oferta y prefirió regresar en su camioneta oficial.
• Según esa versión, la camioneta en la que viajaban detuvo su marcha cuando una Suburban se colocó enfrente. Al bajar dos sujetos de los lados, comenzó la balacera. Las supuestas últimas palabras de Valentín: “Qué loco, mi Tano, ¿dónde están orinando?”; poco después, el ataque armado.
Qué podría cambiar con este nuevo peritaje
• Si se confirma que Tano no iba en la camioneta, se desmorona una versión clave del caso: la del único sobreviviente, lo que abriría la posibilidad de nuevas líneas de investigación o de reconstruir los hechos con otro enfoque.
• Podría implicar revisar testimonios, reabrir investigaciones y —en su momento— culpar a otras personas o revaluar la dinámica de lo ocurrido.
• Además, representa un nuevo capítulo para la familia, que desde hace casi dos décadas busca justicia y aclarar la verdad detrás del asesinato.
Qué sigue
Según Francisco Elizalde, lo único pendiente son algunas entrevistas, luego de lo cual esperan “cerrar el caso”. Por ahora, el peritaje se encuentra bajo resguardo familiar; pero no se descarta que en los próximos días o semanas se den a conocer los hallazgos completos.
Invitamos a nuestra audiencia a mantenerse atenta, pues este posible cambio de versión podría reactivar —de nuevo— la memoria de “El Gallo de Oro” y obligar a replantear lo que hasta ahora se creía como un caso cerrado.