El cine mexicano sigue cruzando fronteras con proyectos arriesgados, y un ejemplo reciente es La eterna adolescente (Perpetual Adolescent), una coproducción entre México y Francia que está llamando la atención en festivales europeos. La película narra la historia de una mujer que, al borde de la madurez, se resiste a dejar atrás la juventud, lo que la lleva a vivir experiencias desbordadas de humor, drama y crítica social.
La producción destaca por su estética fresca y por un guion que juega con la nostalgia, al tiempo que cuestiona la presión social sobre las mujeres para cumplir con expectativas de edad, trabajo y familia. Actrices jóvenes mexicanas participan en el elenco, aportando autenticidad y un estilo que conecta con el público.
En Europa, la crítica ha recibido con entusiasmo el filme, señalando que refleja una visión innovadora del cine latinoamericano. En México, aunque aún no se estrena de manera comercial, ya genera expectativa por representar una voz diferente frente a las historias dominadas por el narcotráfico o el melodrama.
La eterna adolescente no solo es un producto artístico, también un símbolo de que el cine mexicano puede diversificarse y encontrar nuevas narrativas que interesen al mundo. Un paso más hacia una industria nacional que busca reinventarse sin perder identidad.