Kendrick Lamar regresó a la Ciudad de México con un concierto en solitario que formó parte de su Grand National World Tour, su primera presentación individual en el Estadio GNP Seguros.
La expectativa era enorme: desde temprano, cientos de fanáticos se reunieron para recibirlo, animados por la actuación previa de Ca7riel y Paco Moroso, quienes encendieron al público con un show intenso que dejó todo listo para el plato fuerte de la noche.
Como es característico en sus espectáculos, Kendrick integró material gráfico y audiovisuales que precedían cada tema. En pantalla se proyectaban entrevistas ficticias, escenarios simbólicos y montajes visuales que reforzaban el sentido de sus canciones.
Todo ello acompañado por subtítulos en español, lo que permitió a los asistentes seguir cada detalle y disfrutar de una experiencia inmersiva.
Desde el inicio, la producción apostó fuerte: bailarines, fuego, pirotecnia y pantallas que narraban la historia en paralelo a la música. A diferencia de otros shows, donde la pirotecnia se reserva para el final, aquí Kendrick la utilizó como parte integral desde el concierto.
El setlist recorrió varias etapas de su carrera, alternando los nuevos temas de GNX con clásicos de su trayectoria. Sonaron canciones como Squabble Up, N95, King Kunta, ELEMENT., TV Off, Euphoria, Hey Now y Reincarnated.
Aunque el show fue un poco más corto de lo esperado, la potencia de la producción, el dinamismo de Lamar y, sobre todo, la presencia recurrente de la voz de Deyra Barrera hicieron que el concierto se viviera con un inconfundible toque mexicano.
