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Demanda millonaria contra Disney y James Cameron

La franquicia Avatar, una de las sagas cinematográficas más exitosas de los últimos años, se encuentra ahora en medio de una polémica legal que sacude a Hollywood.

Un animador 3D estadounidense llamado Eric Ryder ha presentado una demanda civil millonaria contra The Walt Disney Company y el director James Cameron, alegando que la película Avatar: El camino del agua (Avatar: The Way of Water) —y potencialmente otras entregas de la saga— incorporaron de manera indebida ideas y conceptos que él desarrolló años antes.

Según los documentos legales, Ryder asegura que a finales de los años 90 colaboró con la productora Lightstorm Entertainment, de Cameron, en un proyecto basado en su historia de ciencia ficción titulada “KRZ”. En su queja sostiene que elementos como seres antropomórficos, un entorno oceánico de gran escala, una poderosa corporación explotadora y otros conceptos clave, terminan presentes en The Way of Water.

El animador solicita una indemnización de al menos 500 millones de dólares, argumentando que no recibió reconocimiento ni compensación por su trabajo creativo y que este fue utilizado sin autorización. Además, en un movimiento judicial poco común, Ryder pide una orden judicial para detener el estreno de la próxima película de la saga, Avatar: Fire and Ash, programada para su lanzamiento esta semana.

Este pedido de frenar un estreno tan esperado podría, de prosperar, paralizar uno de los lanzamientos más importantes de la temporada cinematográfica y afectar los planes de Disney y del propio James Cameron.

Hasta el momento ni Disney ni James Cameron han emitido declaraciones públicas sobre la demanda, y no está claro si ya han presentado una respuesta formal ante el tribunal. El caso, que fue presentado en una corte federal de California, está en sus etapas iniciales y todavía no ha sido evaluado en fondo por un juez.

Cabe mencionar que ésta no es la primera vez que se presentan acusaciones de este tipo contra la franquicia Avatar. En 2011, Ryder ya había interpuesto una demanda similar relacionada con la primera película, que fue desestimada después de que un tribunal determinara que Cameron había desarrollado su obra de forma independiente.

La controversia, más allá de los detalles legales, abre un debate más amplio sobre los límites de la inspiración y el plagio en grandes producciones cinematográficas, donde la línea entre homenaje, coincidencia creativa e infracción puede ser difícil de trazar.

Para los fans de la saga, esta disputa añade una capa inesperada a un lanzamiento que ya de por sí estaba rodeado de enormes expectativas. ¿Podrá la tercera entrega Avatar: Fire and Ash llegar a las salas sin contratiempos? El desenlace de este caso podría definirlo.