El aniversario número 91 de Cri-Cri fue celebrado con un evento lleno de nostalgia y alegría que reunió a familias enteras para honrar el legado del compositor Francisco Gabilondo Soler. El llamado Festín Mustín transformó el espacio en un mundo musical donde niños y adultos pudieron cantar, jugar y recordar las canciones que han marcado generaciones. Con orquesta en vivo, títeres y actividades interactivas, la magia del grillito cantor volvió a sentirse tan vigente como siempre.
La celebración no solo fue un homenaje a la música infantil mexicana, sino también una oportunidad para explicar a las nuevas generaciones quién fue Cri-Cri y por qué sus canciones siguen resonando décadas después. Temas como “El ratón vaquero”, “La muñeca fea” o “La patita” siguen presentes en fiestas, escuelas y hogares, lo que demuestra la fuerza cultural que mantiene vivo al personaje. Los organizadores destacaron que el espíritu de Cri-Cri no se trata solo de diversión, sino de imaginación, ternura y valores.
A pesar del paso del tiempo, el legado de Gabilondo Soler permanece intacto. Su obra no solo ha sobrevivido, sino que continúa expandiéndose gracias a eventos como este, donde las familias pueden reconectar con la historia musical del país. Cada año que pasa, Cri-Cri se reafirma como uno de los íconos más importantes de México, un puente entre la infancia de antes y la de ahora, y una prueba de que la buena música nunca pierde su brillo.