La muerte de su madre Ernestina marcó un antes y un después en la vida de Camila Sodi. Y aunque el dolor siempre deja cicatrices, también abrió en ella una puerta inesperada: la escritura como refugio, como honestidad y como un camino para conectar con otros. De ese proceso nació El pequeño libro del duelo, un libro que —dijo— nunca fue un diario ni un ejercicio íntimo para guardar, sino un proyecto que desde el primer día supo que debía compartir.
“Desde que empecé a escribir, sabía que era un libro. Que no era un diario, que no era nada más para mí. Sabía que era un libro que tenía que compartirle a la gente”, comenta Camila. Su proceso comenzó en los meses más crudos tras la muerte de su madre, un momento que ella describe como una apertura total: vulnerable, honesta y sin filtros. “Lo escribo durante el duelo de mi madre, que es el vehículo por el cual empiezo a contar la historia”, compartió durante su paso por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Cuando se le preguntó con qué sueña hoy, la actriz y escritora sonríe: “Sueño un montón, como viste en el libro”. Y luego soltó una respuesta que, aunque suene simple, refleja su estado emocional actual. Va a sonar muy Miss Universo: “Sueño con la paz mundial. Sueño con que alguna vez pueda existir un mundo donde podamos ser buenos los unos con los otros. Que podamos tener más empatía, más compasión. Que el mundo ya es demasiado convulso y caótico como para hacerlo más difícil entre los humanos”.
La escritora y actriz aprendió a reconciliarse con el mundo tras finalizar El pequeño libro del duelo.
