Detrás del brillo de los escenarios, Ángela Aguilar ha comenzado a hablar con más franqueza sobre la ansiedad y las presiones que enfrenta como figura pública. En entrevistas recientes, la cantante reveló que ha tenido que hacer pausas para cuidar su salud mental, confesando que incluso evitaba salir al supermercado por miedo a ser observada o criticada.
Su testimonio resonó especialmente entre jóvenes artistas que también viven el escrutinio constante de las redes sociales. Ángela, que pertenece a una de las familias más emblemáticas del espectáculo mexicano, reconoció que la herencia artística es un privilegio, pero también una carga emocional. “No todos los días es fácil sonreír”, comentó, aludiendo a los momentos de agotamiento que ha atravesado.
A pesar de las dificultades, la intérprete de “Dime cómo quieres” ha transformado esa vulnerabilidad en parte de su mensaje público. Ha comenzado a usar su plataforma para hablar de autocuidado, salud mental y autenticidad en la industria. La artista de 21 años demuestra que crecer bajo los reflectores exige más que talento: requiere fortaleza emocional, límites claros y amor propio. Con esta apertura, Ángela no solo humaniza su imagen, sino que inspira a toda una generación que enfrenta la misma exposición mediática.