Cada año, el Día de Muertos se convierte en uno de los momentos más importantes para la cultura mexicana, y este año no fue la excepción. El programa Cultura Comunitaria se ha encargado de llevar actividades artísticas, talleres y espectáculos a diferentes estados del país, logrando que la tradición no sólo se mantenga viva, sino que también evolucione de manera creativa y cercana a las comunidades.
Una de las actividades más destacadas fue el desfile de catrinas y catrines, donde artesanos, maquillistas, músicos y bailarines se unieron para crear una experiencia visual llena de color, simbolismo y orgullo cultural. Estas pasarelas, que combinan elementos tradicionales con propuestas contemporáneas, permiten que las nuevas generaciones se involucren con la festividad de forma activa y creativa, fortaleciendo el sentido de identidad que caracteriza al Día de Muertos.
Además, se organizaron talleres para niños y adultos, donde se enseñó la elaboración de ofrendas, calaveritas, papel picado, flores de cempasúchil y distintos elementos representativos de la celebración. Estas actividades permiten transmitir el conocimiento artesanal y mantener vivas técnicas que, en algunos casos, han pasado de generación en generación.
Otra pieza clave fueron las obras de teatro y presentaciones musicales que se realizaron al aire libre en plazas, centros culturales y espacios públicos, con el fin de hacer del arte algo accesible para toda la ciudadanía. Este tipo de eventos no sólo enriquecen la tradición, sino que ayudan a fortalecer la vida comunitaria y a crear un vínculo más profundo entre la cultura y la gente.
