En un giro de último minuto, el cantante de corridos tumbados Natanael Rubén Cano — mejor conocido como Natanael Cano — acaba de ser absuelto de los cargos por soborno que pesaban en su contra, luego de que en marzo de 2024 pretendiera eludir sanciones de tránsito ofreciendo dinero a policías en Hermosillo, Sonora.
La decisión fue dada a conocer este 1 de diciembre por el presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sonora — STJE — tras un amparo concedido por un juez de distrito.
Esto marca el fin de una polémica que, desde hace meses, acaparaba titulares en medios de seguridad, justicia… y espectáculos.
Los hechos se remontan al 29 de marzo de 2024, durante la celebración del cumpleaños del cantante. Esa noche, conducía un vehículo de lujo en Hermosillo a exceso de velocidad, cuando fue detenido por la policía municipal. Según el expediente, tras la detención, el artista insultó a los oficiales y, en un intento por evitar las multas, arrojó dinero al piso para que lo recogieran.
El suceso fue captado en video, se difundió en redes y provocó una cascada de reacciones: críticas públicas, cuestionamientos éticos y un proceso judicial por el delito de cohecho — es decir, soborno a funcionarios públicos.
Más tarde, la defensa de Natanael Cano solicitó una suspensión condicional del proceso, la cual fue inicialmente negada.
Así, por meses el músico vivió entre acusaciones, impedimentos legales y la posibilidad de enfrentar hasta dos años de prisión.
Pero hoy, todo cambia. En una resolución que pone fin al litigio, el STJE determinó que el amparo interpuesto por la defensa procedía, dejando sin efectos los cargos de soborno que pesaban contra el artista.
Según informó el tribunal, con la suspensión provisional que se le había otorgado, y al cumplirse con lo exigido por la justicia en los términos establecidos, la acusación queda desestimada.
De esta forma, Natanael Cano recupera su libertad plena, y el expediente en su contra se cierra sin condena.
La noticia ha generado reacciones contrastantes en redes sociales y entre seguidores del género. Para algunos, representa una liberación — una prueba de que nadie está por encima de la ley; para otros, una advertencia: los artistas popular-populares también están bajo la lupa — incluso cuando su estilo y sus letras provocan polémica.
Más allá del terreno legal, este caso deja a la vista los devaneos del éxito, la fama y la responsabilidad. Un episodio en el que un cantante estrella cruzó los límites de la ley, y la justicia hoy emite su veredicto.
¿Qué sigue ahora para Natanael Cano? Con su nombre limpio, podría retomar plenamente su carrera: conciertos, giras, nuevos lanzamientos. Pero la sombra de este episodio probablemente persista.
Para muchos — críticos, seguidores o medios — la interrogante es: ¿Cómo se reflejará esto en su imagen pública? ¿Le restará credibilidad o le servirá como lección?
Lo cierto es que hoy — con la absolución confirmada — Natanael tiene una segunda oportunidad: quizá no solo ante la justicia, sino ante su público.
