El 22 de septiembre, un alumno del CCH Sur en la Ciudad de México identificado como Lex Ashton Cañedo de19 años atacó con un arma blanca a otro estudiante del plantel, Jesús Israel Hernández, quien falleció a causa de las heridas. Tras el ataque, el agresor intentó huir, pero se lanzó desde un tercer piso, fracturándose las piernas.
Después del ataque, se supo que el agresor había publicado en redes sociales imágenes y mensajes perturbadores y hay reportes que lo vinculan con comunidades virtuales como la “incel“, además de que había manifestado intenciones homicidas y suicidas.
La comunidad “incel” por su significado en inglés “involuntarily celibate”, es decir, célibes involuntarios, es un grupo formado por hombres que dicen no poder tener relaciones afectivas o sexuales, pero muchos de los miembros han evolucionado hacia espacios de odio y resentimiento, donde algunos integrantes culpan a las mujeres o a la sociedad por su situación y promueven discursos misóginos y violentos.
Ante este contexto de una necesaria atención a la salud mental de los jóvenes, la UNAM ya prepara el “Programa de Salud Comunitaria para la Población Estudiantil”, el cual arrancará el lunes 2 de marzo del 2026 en los nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y en las cinco sedes del Colegio de Ciencias y Humanidades.
“La adolescencia es una etapa fundamental del desarrollo. La búsqueda es fortalecer la respuesta comunitaria y la respuesta estudiantil a los problemas de salud mental, pero también diría yo a los problemas y a los contextos de violencia a los que se enfrenta esta población joven (…) Esta propuesta de salud que es una propuesta que se que se crea en la coordinación de programas especiales de la rectoría. Tiene que ver con responder a esa demanda de la comunidad de ser escuchada, de ser involucrada”, detalló Andrea González Rodríguez, del programa de salud comunitaria de la UNAM.
Este programa se basa en intervenciones recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, las cuales implican la puesta en marcha de prácticas basadas en evidencia científica, así como el reconocimiento de los derechos humanos y la atención diferenciada, es decir, que cada joven requiere una atención que esté en armonía con sus necesidades específicas, su condición y contexto particular.
Además de los estudiantes, el programa también dará atención a los profesores y trabajadores, pues estos podrían intervenir en caso de detectar que un estudiante requiera atención. El enfoque será multidisciplinario con trabajo de las carreras de trabajo social, pedagogía, psicología, enfermería, medicina y antropología.
“Hay personas con condiciones y con contextos diferentes que requieren la adaptación de los servicios (..) Ante situaciones se van creando protocolos que no son rígidos, pero que sí garantizan los elementos que tiene que haber en la atención”, refirió Andrea González Rodríguez.
Se dice que los jóvenes son el futuro del país, pero, también es importante darle atención a su presente.
“Una comunidad escolar sana, una comunidad escolar fortalecida es un elemento que en sí mismo mejora la salud mental de los integrantes de esa comunidad (…) Vamos a estar en las escuelas y vamos a tener diversos mecanismos de acercamiento. En principio vamos a escuchar, vamos a escuchar a la comunidad, vamos a escuchar a los maestros, vamos a escuchar a los trabajadores y vamos a escuchar a los estudiantes”, afirmó Andrea González Rodríguez.
Cabe destacar que la UNAM ya aplica un programa de apoyo emocional y psicológico para los alumnos universitarios que nació en el 2011 bajo el nombre de “Espora” y tan solo en 2024 brindó atención a más de 5 mil jóvenes.