La Selección Mexicana cerró su actividad del año con un nuevo tropiezo al caer 2-1 frente a Paraguay en San Antonio, resultado que volvió a exponer las dificultades del equipo para competir con solidez en partidos internacionales. El conjunto dirigido por Javier Aguirre mostró lapsos de desconexión defensiva que fueron aprovechados por el rival, dejando la sensación de que el equipo no logra construir una línea de rendimiento estable de cara al próximo Mundial.
El encuentro se inclinó desde el inicio del segundo tiempo, cuando Antonio Sanabria abrió el marcador tras una desatención en la zaga mexicana. Aunque Raúl Jiménez igualó por la vía penal unos minutos después, la reacción duró poco. Damián Bobadilla volvió a poner en ventaja a Paraguay al aprovechar otra falla en la salida, una constante que México no ha logrado corregir en sus recientes compromisos. El funcionamiento irregular, sumado a la falta de claridad ofensiva, impidió que el Tricolor encontrara opciones reales para rescatar el resultado.
Además del marcador, el ambiente también se vio marcado por el descontento en las tribunas. El partido fue interrumpido en la recta final debido al protocolo antidiscriminación, activado tras detectarse el grito prohibido contra el guardameta paraguayo. Con este revés, México cerró el año sin victorias en sus duelos ante selecciones de otras confederaciones, un balance que incrementa las dudas sobre el proceso del equipo en un ciclo mundialista donde su participación solo está garantizada por su papel como anfitrión.
