El mediocampista galés Aaron Ramsey atraviesa un complicado momento personal y profesional desde su llegada a los Pumas. El refuerzo europeo no solo enfrenta una lesión en el isquiotibial izquierdo, sino también un profundo golpe emocional tras la desaparición de su perrita Halo, con quien compartió más de diez años. Desde el pasado 8 de octubre, el futbolista no ha regresado a los entrenamientos del club universitario, con permiso del técnico Efraín Juárez, quien entendió la situación del jugador.
Durante su recuperación, Ramsey aprovechó para visitar San Miguel de Allende, ya que tampoco fue convocado con su selección por la lesión. Sin embargo, en esos días su mascota se perdió en un hotel para perros, sin que hasta ahora haya sido localizada. Este hecho afectó notablemente al jugador y a su familia, quienes han dejado de compartir su habitual contenido en redes sociales para enfocarse en la búsqueda de Halo.
La situación de Ramsey preocupa a los aficionados auriazules, pues desde su último partido —el 27 de septiembre ante América— no ha vuelto a vestir la camiseta de Pumas. Su rendimiento ha estado lejos de las expectativas, y su estado físico ha sido tema de debate desde su llegada. Aunque tuvo un inicio prometedor al marcar el gol del triunfo frente a Atlas, las lesiones y los altibajos han marcado su paso por México, poniendo en duda si su fichaje resultará benéfico para el equipo universitario.