Skip to content

La tuberculosis sigue siendo una enfermedad mortal

La historia de Mwajuma Abdalla Ngema es la de miles de personas. Acudió a una clínica en Dar es Sallam (Tanzania) con tos persistente y lo primero que le hicieron fue que la prueba de la tuberculosis que dio negativo. Tras tener el alta y pasados los días recibió una llamada: la prueba si era positiva para tuberculosis, y el resultado no provino de una máquina de laboratorio, sino del olfato de una rata gigante africana.

El método. Este escenario, que parece sacado de una película de ciencia ficción, es el núcleo de un innovador programa dirigido por la organización sin ánimo de lucro APOPO. En este caso, utilizando ratas gigantes de abanzones (Cricetomys ansorgei) han conseguido crear un sistema de detección de tuberculosis que no solo es más rápido y barato, sino que en muchos casos está resultando ser más eficaz que los métodos convencionales.

La tuberculosis. Sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo, causando 1,25 millones de muertes en 2023. Uno de los mayores desafíos es la detección, especialmente en aquellos países que cuentan con recursos muy limitaos para poder comprar reactivos o maquinaria adecuada. Y es que aunque se cuente con estas posibilidades, el análisis de esputo tiene una sensibilidad limitada y pueden pasar por algo casos con una baja carga bacteriana.

Aquí es donde entran las ratas. APOPO, que inicialmente comenzó a entrenarlas para detectar minas terrestres, descubrió que su agudísimo sentido del olfato podía ser reorientado para identificar los compuestos orgánicos volátiles (COV) específicos que emite la bacteria Mycobacterium tuberculosis en las muestras de esputo. Y los resultados hablan por si solos.

Respaldo científico. Un estudio publicado en BMC Infectious Diseases revela la increíble eficacia de este método. Durante 2022, el programa analizó 35.766 muestras en pacientes en Tanzania. De estas, las clínicas locales dieron un resultado negativo a 33.866 de estas muestras a través de las técnicas clásicas de microscopía o pruebas Xpert. Y aquí es donde entraron las ratas para poder reevaluar los resultados, ofreciendo un dato impactante: los roedores identificaron 2.029 casos adicionales de tuberculosis que de otro modo se habrían perdido.

Esto significa que las ratas contribuyeron al 52% del total de casos de tuberculosis identificados en el programa, salvando a miles de personas de quedar sin diagnóstico ni tratamiento. La velocidad también es una ventaja clave: una rata puede analizar 100 muestras en menos de 20 minutos, una tarea que llevaría días a un técnico de laboratorio.