Se sumó la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Durante el año que concluye, los esfuerzos de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por preservar y divulgar el patrimonio cultural, material e inmaterial, de nuestro país, derivaron en nuevas declaratorias de protección al mismo y, a la vez, se hermanaron con diversos reconocimientos a nuestro país, en el escenario global.
En julio, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incorporó la Ruta Wixárika por los Sitios Sagrados a Wirikuta a la Lista del Patrimonio Mundial. Con ello, México llegó a 36 inscripciones y reafirmó su posición como el primer país en América y el séptimo a nivel global con mayor número de bienes reconocidos.
Fruto de la suma de esfuerzos entre las instancias referidas, dependencias como el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, y colectivos, entre ellos el Consejo Regional Wixárika para la Defensa de Wirikuta y Lugares Sagrados, y la asociación civil Conservación Humana, dicha distinción elevó la protección de 20 lugares sagrados para los wixaritari, ubicados en una franja de 500 kilómetros que atraviesa los estados de Nayarit, Durango, Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí.
Hacia la recta final del año, el 10 de diciembre, la Unesco, a través del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, sumó la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La resolución ponderó la raigambre multigeneracional de tal tradición comunitaria que, desde 1833, reúne a los habitantes de esta alcaldía de la Ciudad de México en una expresión de fe, identidad y cultura.
En su evaluación, el comité elogió de México su estricta observancia del principio de consentimiento libre, previo e informado de las partes interesadas. En este sentido, en el proceso de nominación destaca la confluencia del Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa AC, la Secretaría de Cultura federal –a través de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad y del INAH, por medio de su Dirección de Patrimonio Mundial–, el Gobierno de la Ciudad de México y la Alcaldía Iztapalapa.
Nuevas declaratorias en pro del patrimonio edificado
A escala nacional también se concretaron hitos en la preservación del patrimonio edificado. Un ejemplo fue la doble declaratoria, signada por la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y publicada el 6 de junio en el Diario Oficial de la Federación, que reconoció a la ciudad de Zacatecas, en el estado homónimo, y a la localidad de La Antigua, en Veracruz, como Zonas de Monumentos Históricos (ZMH).
Para el caso de la ciudad minera, tal suceso subsanó un pendiente histórico, toda vez que el reconocimiento como ZMH era el único que tenía pendiente por alcanzar, si se considera que, en 1993, su casco histórico fue reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco y, en 2010, se sumó a otros monumentos y espacios de la entidad como parte del itinerario cultural del Camino Real de Tierra Adentro.
En La Antigua, la declaratoria de ZMH benefició a una superficie de más de 10 hectáreas, dentro de la cual se ubican siete inmuebles con valor histórico, construidos entre los siglos XVI y XIX. La relevancia cultural de esta localidad radica en que fue el espacio en el que el conquistador Hernán Cortés estableció el primer puerto y cabildo de la naciente Nueva España.
Para celebrar ambas declaratorias, la Coordinación Nacional de Difusión del INAH realizó una doble edición del INAHfest: en julio, para Zacatecas; y a fines de octubre, en La Antigua. Tales actividades permitieron difundir la importancia del patrimonio edificado, especialmente entre niñas, niños y jóvenes, mediante conferencias, presentaciones editoriales y artísticas, talleres, exposiciones y recorridos guiados.
