De cara al cierre del año 2025, especialistas en salud mental advirtieron que la autoexigencia excesiva se ha consolidado como uno de los principales factores psicológicos asociados a problemas de ansiedad, estrés crónico, baja autoestima y frustración, particularmente en un contexto social marcado por la presión del rendimiento, la comparación constante y las altas expectativas personales.
De acuerdo con psicólogos y terapeutas, la autoexigencia, en niveles moderados, puede ser un motor para el crecimiento personal y profesional; sin embargo, cuando se vuelve desmedida, provoca un enfoque permanente en los errores, minimiza los logros alcanzados y genera una sensación constante de insatisfacción. Este patrón, explicaron, termina afectando no solo la estabilidad emocional, sino también las relaciones sociales y la salud física.
“Muchas personas llegan al final del año con una sensación de fracaso, aun cuando han cumplido múltiples objetivos. Esto ocurre porque su mirada está puesta únicamente en lo que no lograron o en estándares poco realistas”, señalaron especialistas consultados, quienes destacaron que esta forma de autoevaluación se ha intensificado en los últimos años.
Ante este panorama, los expertos compartieron algunas recomendaciones para abordar la autoexigencia de una manera más saludable durante 2026. Entre ellas, subrayaron la importancia de replantear metas realistas, reconocer los avances cotidianos, practicar la autocompasión y entender el error como parte del proceso de aprendizaje, no como un indicador de valor personal.
Asimismo, enfatizaron la necesidad de establecer límites claros entre la vida personal y las obligaciones laborales o académicas, así como de atender las señales físicas y emocionales del estrés prolongado, como el insomnio, la irritabilidad o el agotamiento constante. En casos más severos, recomendaron buscar acompañamiento profesional para identificar y modificar patrones de pensamiento rígidos o autocríticos.