En Perú, tres exagentes de la Policía Nacional han sido condenados a 17 años de prisión por los delitos de tortura agravada y violación sexual agravada contra una mujer trans y activista de derechos LGBTIQ+, en un fallo histórico que sienta un precedente en la justicia peruana y regional. El caso, que inició con una denuncia en 2008 y fue elevado hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, marca la primera vez que un tribunal reconoce y sanciona la violencia perpetrada por agentes del Estado motivada por discriminación hacia una persona trans.
La víctima, identificada como Azul Rojas Marín, sufrió agresiones, insultos y abusos bajo custodia policial, y aunque inicialmente la denuncia enfrentó discriminación, el proceso judicial culminó con una sentencia que organizaciones de derechos humanos consideran un paso importante para garantizar justicia y combatir la impunidad en crímenes de odio en la región. La decisión también refleja la creciente atención de organismos internacionales sobre la violencia institucional contra personas LGBTIQ+.
