En un testimonio profundamente honesto y cargado de valentía, la actriz Camila Sodi ha compartido por primera vez un capítulo muy íntimo de su vida. Hoy, hablamos de su autismo, su TDAH… y del duelo más difícil que ha vivido.
Camila Sodi, actriz reconocida en México por su talento y trayectoria, sorprendió al revelar que vive con autismo y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Este anuncio coincide con un momento especialmente sensible: el duelo que atraviesa tras la pérdida de su madre, la escritora Ernestina Sodi.
La confesión la hizo durante una entrevista con la periodista Isabel Lascuráin, en el marco de la presentación de su libro “El pequeño libro del duelo”, donde habla de su pérdida y el camino de sanación.
Camila explicó que reconocer su neurodivergencia —autismo y TDAH— le ha permitido comprender mejor muchas de sus experiencias pasadas: desde la infancia, hasta las circunstancias difíciles vividas bajo la exposición mediática.
Ella aclaró que su condición no significa una desventaja per se. Al contrario: considera que tiene “virtudes enormes” cuando está en un entorno que le permite sentirse cómoda y segura.
Pero también alertó sobre la falta de sensibilidad del entorno: muchas dificultades provienen del hecho de que la sociedad —y en particular la presión mediática, los prejuicios— no está diseñada para quienes piensan o sienten diferente.
Además, en su libro, plasma su proceso de duelo tras la muerte de su madre, explorando emociones intensas, recuerdos, y cómo su neurodivergencia influyó en la forma en que vivió ese proceso.
La revelación de Camila Sodi no sólo impacta en el ámbito personal, sino que tiene un trasfondo de responsabilidad social: al hablar abiertamente de su autismo y TDAH, contribuye a visibilizar la neurodivergencia en nuestro país.
Su testimonio rompe con estigmas: muestra que las condiciones como el autismo o TDAH pueden convivir con una vida plena, creativa y emotiva; incluso en contextos complicados como el duelo».
Para ella, compartir su historia también significa tender puentes de empatía: subrayó la necesidad de que la sociedad —medios, gente, instituciones— sea más sensible y comprensiva con quienes sienten y procesan el mundo de otra forma.
Hoy Camila Sodi se encuentra en una nueva etapa: de vulnerabilidad, pero también de honestidad y transformación. Con su libro y su testimonio, abre un espacio de diálogo sobre la pérdida, la neurodiversidad y la resiliencia.
Porque, como ella misma lo dice, el mundo necesita estar “diseñado por gente más sensible” — no sólo para quienes viven en el espectro, sino para todos los que enfrentan dolor, duelo o complejidades emocionales.
