Un residente de Michigan falleció en enero de 2025 tras contraer rabia por un trasplante de riñón recibido en un hospital de Ohio en diciembre de 2024, confirmaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El donante, que había estado expuesto a un animal salvaje en Idaho semanas antes de su muerte, no presentó síntomas típicos de la enfermedad ni notificó a las autoridades.
Además del riñón, se trasplantaron córneas del mismo donante a tres pacientes en distintos estados, mientras que un cuarto injerto fue interceptado en Misuri. Todos los receptores recibieron protocolos preventivos y, hasta ahora, se encuentran en buen estado de salud.
El Centro Médico de la Universidad de Toledo aseguró que siguió todos los protocolos de seguridad y destacó que la transmisión de rabia de persona a persona es extremadamente rara. Las autoridades de salud pública monitorean a todo el personal y otros pacientes expuestos, enfatizando que no hay riesgo para el público en general.
La rabia es una enfermedad viral casi siempre mortal si no se trata antes de la aparición de síntomas. En Estados Unidos, menos de 10 personas mueren anualmente por esta enfermedad, que suele transmitirse por contacto con animales infectados, principalmente murciélagos.
